lunes, 30 de marzo de 2015

LA VIDA DE SERVICIO EN EL MODELO DE JESUS.

LA VASIJA EL CONTENIDO  Y SU MANTO nos hace testigo de una gran semana.
Apocalipsis 1:5: y de Jesucristo EL TESTIGO fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 

“Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día
fue levantado de los muertos… Lo vio Pedro y luego lo vieron los Doce. Más tarde, lo vieron más
de quinientos de sus seguidores a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos
ya han muerto. Luego lo vio Santiago, y después lo vieron todos los apóstoles”
1 Corintios 15: 3-7
Este pasaje ilustra uno de los propósitos claves de la vida de Jesús en la Tierra, el ser un ejemplo humano de como Dios quiere que vivamos. Jesús dijo, "hagan lo que yo hago." La parte más increíble de este mandamiento es que viene con la oferta del poder para vivirlo. Jesús no solo nos pide que tratemos de vivir como el Hijo de Dios bajo nuestras propias fuerzas - Su resurrección nos dio acceso a Su fuerza. Hoy, medite en el ejemplo que Cristo dejo para nosotros. ¿Qué representa el lavar los pies de otros en sus propias relaciones y circunstancias? ¿Cómo puede servir a otros en esta manera sencilla como Jesús lo hizo por Sus amigos?
 Por Jesus estamos Limpios.

 SAN JUAN 13
Jesús lava los pies de sus discípulos
1Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, 3sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, 4se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. 6Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. 8Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.11Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
 12Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. 18No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. 19Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. 20De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

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