sábado, 2 de octubre de 2010

Mi Mañana Celestial

¡El Cielo es nuestro hogar!



Habitaremos en la Ciudad Celestial, ¡que descenderá del cielo, de Dios, y morará entre los hombres! ¡Esa ha sido la mayor esperanza de todos los tiempos: la maravillosa Ciudad cristalina y dorada en la que moraremos eternamente con Dios! ¡Su descripción aparece en el triunfal acto final de la Biblia, en el Apocalipsis, capítulos 21 y 22, el atronador movimiento culminante de la sinfonía divina! ¡Un pasaje de belleza tan deslumbrante que lleva al éxtasis y supera las fronteras de la imaginación humana! La Celestial Ciudad de nuestra futura felicidad, ¡nuestro Hogar eterno en el Paraíso! "¡Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir!" (Heb.13:14)
Las cosas más fabulosas que podrías imaginar ya existen en esa maravillosa Ciudad Celestial "cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Heb.11:10), ¡ciudad de la que nuestros amigos y familiares que murieron ya están disfrutando! "¡Porque Dios les ha preparado una ciudad!" (Heb.11:16) ¡Está casi terminada y a punto de descender!
Por lo tanto, no quites la mirada de la meta, como aquellos que menciona Hebreos 11, el Capítulo de la Fe. Estuvieron dispuestos a sufrir todo tipo de pruebas y adversidades, y a ser en este mundo extranjeros y peregrinos, un pueblo sin patria ni ciudad, ¡porque sabían que vendría una celestial! (Heb.11:13-16)

Señor Gracia Por el Regalo de Mi Mañana Celestial esta Fecha de Hoy,Jamas la Olividare.El Sello del Firmamento a la entrada de nuestra casa.
Jesús, ¡Tu rostro es tan hermoso! Me encanta contemplarte. Me apasiona adorarte. Mirarte a los ojos me tranquiliza. Tu sonrisa me infunde paz interior. Tu semblante es muy tierno; denota consideración y comprensión.
Me miras profundamente a los ojos, escudriñas mi alma y me infundes un calor especial. Siento que me adivinas los pensamientos. El brillo de Tus ojos me demuestra que me amas, que soy único para Ti, que soy singular. La luz que emana de Tu rostro me alumbra el camino.
Pense que era yo el que iba a tu encuentro,pero en la transfiguracion,tu palabra me conforto diciendo......
Esparce Mi amor por dondequiera que vayas, alegrando a quienes te rodean, animando a los demás. Aun por medio de pequeños gestos y detalles puedo valerme grandemente de ti para transformar corazones y vidas. Podrás influir extraordinariamente, no sólo en quienes no me conocen, sino incluso en los seres más allegados a ti, aquellos con quienes tienes relación a diario.