sábado, 1 de julio de 2023

La Intención Profética

El Mensaje Profético

Revelador Para El Pueblo

Israel y la Iglesia



 El gran Autor de la redención muestra la autoridad para su obra completa en la unidad de su intención de existencia y vida. La espada de su palabra mata las concupiscencias de su pueblo, y todo lo que sea enemistad con ellos. Sus flechas agudas hieren la conciencia, pero todas estas heridas son sanadas cuando el transgresor ruega orando por misericordia. Pero hasta el Redentor, que habló como nunca un hombre ha hablado en su ministerio personal, a menudo parecía sufrir en vano. Si Jacob no fuera traído de vuelta a Dios, e Israel no fuera reunido, aun así, Cristo será la gloria del trono. Esta promesa está parcialmente cumplida en el llamamiento a los gentiles. Los hombres perecen en las tinieblas. Pero Cristo ilumina a los hombres y así los hace íntegros y felices en su proceso de formación.

Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios. Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

Isaías 49:1-6

El Padre es el Señor, el Redentor y el Santo de Israel, puesto que envía al Hijo para ser el Redentor. El hombre, a quien vino a salvar, lo despreció. Se sometió a esto por nuestra salvación. Él es recompensa de todas las bendiciones del pacto; Dios estaba en Él reconciliando consigo al mundo. La misericordia perdonadora es liberación de la maldición de la ley; la gracia que renueva es liberación del dominio del pecado: ambos son de Cristo. Dice a los que están en tinieblas: Mostraos. No sólo vean, sino sean vistos, para gloria de Dios y para consuelo propio. Donde Dios lleve a su pueblo no les conducirá a mal. Los que siguen muy de cerca la dirección de su palabra pueden esperar el consuelo por su luz. Aunque hay dificultades en el camino al cielo, la gracia de Dios nos llevará por encima de ellas, y hasta las montañas convertirá en camino. Esto denota la libre invitación y las promesas alentadoras del evangelio y el derramamiento del glorioso programa del Espíritu de Cristo Jesús el Mesías.

Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió. Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim.

Isaías 49:7-12

Que haya gozo universal, porque Dios tendrá misericordia del afligido debido a su compasión; de su afligido debido a su pacto. Ya no tenemos razones para cuestionar su promesa y su gracia más que la que tengamos para aceptar su protección y su justicia. Ten la seguridad que Dios tiene un tierno afecto por su Iglesia y su pueblo; no quiere que se desalienten. Algunas madres descuidan a sus hijos, pero las compasiones de Dios con su pueblo exceden infinitamente a las de los padres más tiernos hacia sus hijos. Que los haya puesto como marca en su mano o como sello en su brazo, significa que siempre está preocupado de ellos. Hasta donde tenemos evidencias de la Escritura de que pertenecemos a su rebaño redimido, podemos estar seguros que nunca nos abandonará. Entonces pongamos diligencia para asegurar nuestra vocación y elección y regocijémonos en la esperanza y la gloria de Dios para redención del alma humana por su nuevo pacto de gracia.


Aquí se dirige a Sion como a viuda afligida, desposeída y abandonada de sus hijos. Los gentiles se juntan a ella y se le asegura que vienen para consolarla. Hay veces en que la Iglesia es devastada y son pocos en número, pero sus desolaciones no durarán para siempre y Dios las reparará. Dios puede levantar amigos para los israelitas que retornan aun de entre los gentiles. Ellos traerán sus hijos y los harán tus hijos. Que todos traten tierna y cuidadosamente a los nuevos rebaños y principiantes en la casa de oración y puerta del cielo. Los dones del espíritu protegerán a la Iglesia. Se manifestará que Dios es el soberano Señor de todo. Los que esperan en Dios en el ejercicio de fe, esperanza y paciencia, por el cumplimiento de sus promesas nunca serán confundidos.

Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró estos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio estos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban estos? Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

Somos cautivos legales de la justicia de Dios, pero liberados a un precio de valor incalculable. Aquí hay una promesa expresa: Aun el cautivo del valiente será librado. Aquí vemos a Satanás privado de su presa, encadenado y echado al abismo; y todas las potestades que se habían reunido para esclavizar, perseguir o corromper a la Iglesia, son destruidas; que toda la tierra sepa que Jehová es nuestro Salvador y Redentor, el Fuerte de Jacob. Todo esfuerzo que hacemos para rescatar a los congéneres pecadores de la esclavitud a Satanás ayuda, en cierto grado, al progreso del gran cambio una transición en la libertad del Mesías Jesús el redentor de su Pueblo.