¿Quién es ésta que sube del desierto,
recostada sobre su amado?
EL ESPOSO:
Debajo del manzano te desperté;
allí tu madre tuvo dolores de parto por ti,
allí tuvo dolores de parto, y te dio a luz.
LA ESPOSA:
Ponme como sello sobre tu corazón,
como sello sobre tu brazo,
porque fuerte como la muerte es el amor,
inexorables como el Seol, los celos;
sus destellos, destellos de fuego,
la llama misma del SEÑOR.
Las muchas aguas no pueden extinguir el amor,
ni los ríos lo anegarán;
si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor,
de cierto lo menospreciarían.