miércoles, 19 de abril de 2023

El Destino Final

El  Destino Lo Es Todo

En La Rectificación del Alma

Planeados desde el principio



Todas las cosas bajo el sol tienen un tiempo y un momento:

ECLESIASTÉS 3:1

El apóstol Pablo nos dice que Dios hizo planes para nuestro maravilloso futuro aun antes de crear a nuestros primeros padres, Adán y Eva. Él diseñó nuestro destino “según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”.

Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no porque lo merecieran nuestras obras, sino porque tal ha sido su designio conforme al don que se nos ha concedido por medio de Cristo Jesús antes que el tiempo existiera.

2 TIMOTEO 1:9

Nuestro futuro eterno fue parte del gran plan y propósito de Dios, incluso antes de que este mundo existiera. Ya en ese entonces Dios había decidido que solo un perfecto Redentor podría llevar a cabo su plan maestro, porque previó que los seres humanos se desviarían del camino que les había trazado.

Dios, el Señor, plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había modelado. Dios, el Señor, hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y de frutos apetitosos. Además, hizo crecer el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

GÉNESIS 2:8-9

Al crear al primer hombre y a la primera mujer, Adán y Eva, Dios les dio a escoger entre dos caminos de vida. Les entregó a ambos claras instrucciones para que tomaran del árbol de la vida. Como su creador, Dios quería que ellos desarrollaran una estrecha relación personal con él. El árbol de la vida en el Huerto de Edén simbolizaba una relación basada en la obediencia, que los conduciría a la vida eterna

Después, Dios, el Señor, se dijo: «El ser humano es ya como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; para ser inmortal solo le falta extender la mano y comer del fruto del árbol de la vida».

GÉNESIS 3:22

No obstante, tenían también otra opción—¡una que podría resultar desastrosa! En lugar de escoger la vida mediante la obediencia a Dios, podían optar por una vida de desobediencia a Dios en la que decidirían por sí mismos qué era bueno y qué era malo.

Y le dio esta orden: —Puedes comer del fruto de todos los árboles que hay en el jardín, excepto del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque el día en que comas de él, tendrás que morir.

GÉNESIS 2:16-17

Esta alternativa estaba simbolizada por otro árbol del huerto:

el árbol del conocimiento del bien y del mal

Dios les ordenó explícitamente no comer de este árbol, pero no les impidió hacerlo, sino que les dio libre albedrío.

Mediante sus deliberadas acciones, Adán y Eva rechazaron el camino de vida que Dios les había ordenado. En lugar de confiar en Dios para que les mostrara la manera correcta de vivir, escogieron el confiar en sí mismos. Se embarcaron así en un camino equivocado, que es una mezcla del bien y el mal.

Entonces la mujer se dio cuenta de lo hermoso que era el árbol, de lo deliciosos que eran sus frutos y lo tentador que era tener aquel conocimiento; así que tomó del fruto y comió, dándoselo seguidamente a su marido que estaba junto a ella y que también comió.

GÉNESIS 3:6

Como consecuencia de su decisión acarrearon sobre sí mismos la pena del pecado, que es sufrimiento y muerte.

Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don que Dios nos hace es la vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

ROMANOS 6:23

Desde aquel momento, la humanidad ha seguido su ejemplo y se ha corrompido por el pecado (Romanos 5:12). Todos han fracasado en seguir el camino revelado de Dios. Hasta nuestros días la humanidad sigue en este mismo camino, que lleva a la muerte.

En resumen, ¿tenemos o no tenemos ventaja los judíos? Ciertamente ninguna, pues acabamos de probar que tanto judíos como no judíos, todos están sometidos al dominio del pecado. Así lo dice la Escritura: No hay un solo inocente, no hay ningún sensato, nadie que busque a Dios. Todos han errado el camino, todos se han pervertido. No hay ni siquiera uno que practique el bien.

ROMANOS 3:9-12

Por este motivo, el plan de Dios contempla un Salvador, el Mesías,

“el cordero (sacrificatorio) de Dios, que quita el pecado del mundo”

Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: —Ahí tenéis al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

JUAN 1:29

Por medio del sacrificio de Jesucristo los seres humanos pueden ser reconciliados con Dios, y el perdón de sus pecados que Dios les concede anula la pena de muerte.

y por medio de él reconciliar consigo a todos los seres: a los que están en la tierra y a los que están en el cielo, realizando así la paz mediante la muerte de Cristo en la cruz. También vosotros estuvisteis en otro tiempo lejos de Dios y fuisteis sus enemigos por el modo de pensar y por las malas acciones. Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, Dios ha hecho la paz con vosotros para admitiros en su presencia como a pueblo consagrado, sin mancha y sin tacha.

COLOSENSES 1:20-22

Gracias al perdón y a la ayuda de Dios, el hombre puede corregir su camino para recibir de él el regalo de la vida eterna (Romanos 6:23; Romanos 8:11).

Porque el salario del pecado es la muerte, mientras que el don que Dios nos hace es la vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

ROMANOS 6:23

El destino del hombre radica en esta vida eterna.

(Lea acerca de cómo los seres humanos pueden reconciliarse con el espíritu en la Palabra de Dios todo esta escrito y es el Don de Dios en sus frutos gratuitos Transforme su vida y El camino hacia la vida eterna).

Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús infundirá nueva vida a vuestros cuerpos mortales por medio del Espíritu que ha hecho habitar en vosotros.

ROMANOS 8:11

Un Principio de Vida