domingo, 20 de marzo de 2022

Entre el cielo y la tierra

Disfrutemos la creación en su palabra.



Salmos 19:1

 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.


Salmos 19:2:Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.

El Alfa En Su Omega - Integridad de Vida.

Tercer Cielo

 

La Ciudad Celestial

Los Cielos

En El Universo



Génesis 1:8

llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

El cielo como el paraíso es un lugar real descrito en la Biblia. La palabra cielo se encuentra registrada en el libro de génesis desde el comienzo de la creación. La Escritura habla de la división de las aguas lo que se describe en ella y tomo nombre por la palabra de Dios como la expansión de los cielos.Surge el segundo dia con la contracción del mismo universo entre el espacio del vacío y la expansión del conocimiento cobra sentido y propósito en una causa que es sobre todas las demás causas.El apóstol Pablo lo explica cuando fue “arrebatado al tercer cielo,” pero se le prohibió revelar lo que allí experimentó en su trascendencia entre el cielo y la tierra.
 

2 Corintios 12:2: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

Si existe un tercer cielo, también debe haber otros dos cielos. El primero se refiere con mayor frecuencia en el Antiguo Testamento como el “cielo o firmamento”. Este es el cielo que contiene nubes, la zona por la que vuelan las aves en nuestra atmósfera... El segundo cielo es el espacio interestelar/exterior, que es la morada de las estrellas, planetas y otros cuerpos celestes en su cuarto dia.

Génesis 1:14: Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

El tercer cielo, cuya localización no se revela, es la morada de Dios. Jesús prometió preparar un lugar para los verdaderos cristianos en el cielo.

Juan 14:3: Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

 El cielo también es el destino de los creyentes del Antiguo y nuevo Testamento, quienes murieron confiando en la promesa del Redentor por el espíritu de Dios.

Efesios 4:10: El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

Cualquiera que cree en Cristo, no perecerá, sino que tendrá vida plena en la experiencia de su propia acción en su palabra y esencia.

Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

El apóstol Juan fue privilegiado al ver e informar sobre la ciudad celestial (Apocalipsis 21:10-27). Juan testificó que el cielo posee la “gloria de Dios”, la presencia misma de Dios.

Apocalipsis 21:11: teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

Al no haber noche en el cielo y el Señor Mismo es la luz, el sol y la luna ya no serán necesarios.

Apocalipsis 22:5: No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

La ciudad está llena del brillo de piedras costosas y de jaspe claro como el cristal. La ciudad también tiene 12 puertas  y 12 cimientos.

Apocalipsis 21:12: Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
Apocalipsis 21:14: el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

El paraíso del Jardín del Edén será restaurado: el río de agua de vida fluirá libremente, y el árbol de la vida estará nuevamente disponible, dando cada mes su fruto, y cuyas hojas serán para la “sanidad de las naciones” (Apocalipsis 22:1-2). Aunque Juan fue elocuente en su descripción del cielo, la realidad del cielo está más allá de la capacidad del hombre finito para describirla.

1 Corintios 2:9: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

El cielo es un lugar de “no más”. Y ya no habrá más lágrimas, ni dolor, ni tristeza.

Apocalipsis 21:4: Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

 Ya no habrá más separación porque la muerte será vencida.

Apocalipsis 20:6: Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

 Lo mejor del cielo es la presencia de nuestro Señor y Salvador. Estaremos cara a cara con el Cordero de Dios, quien nos amó y se sacrificó a Sí mismo, para que pudiéramos disfrutar de Su presencia en el cielo por la eternidad.

1 Juan 3:2: Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Alfa y Omega