lunes, 14 de febrero de 2011

COSAS DEL CORAZóN

Nuestra Vida
COSAS DEL CORAZóN



No se necesita buscar tanto en cosas que dan una aparente satisfacción. En mi experiencia me he dado cuenta que la verdad de la vida se halla en el corazón. Vivimos distraídos en el orgullo, en la vanidad que es tan propia de la naturaleza humana. A veces somos egoístas sin darnos cuenta y cuando me pregunto: ¿Qué es la vida realmente?, hay muchas cosas que empiezan a perder importancia y las cosas sencillas van adquiriendo mucho valor, esas cosas sencillas que provienen del corazón.

Todos podemos dar tanto de nuestro interior, ¿Por qué no hacerlo? El tiempo no nos espera y es ahora el momento para hacerlo. Tal vez tanta amargura, decepción, resentimiento, desconfianza, han hecho desvanecer las buenas intenciones desprendidas y lo comprendo muy bien porque yo también sentí la oscuridad del lamento, no viendo razones para ser buen@ con las personas que no lo son.
Pero pienso que es mejor soportar las cargas de la vida con un corazón valiente que no permita empañarse de amargura para conservarse limpio, firme, sano y amado. Si supiéramos que cada uno de nosotros tiene algo tan valioso que es el tesoro que habita en nuestro corazón.

martes, 8 de febrero de 2011

Nuestra Morada



Enfrentar la Muerte — Todos la Experimentan
Enfrentar la muerte es una experiencia en la vida que nadie quiere afrontar. A menudo la vida puede parecer como si nadaras en el océano con la marea alta. Aunque supiéramos nadar y sortear las grandes olas en el momento oportuno, cuando menos lo esperamos… ¡Zas! Somos volteados y nos encontramos dando vueltas en el fondo del océano con la boca llena de arena. Si peleamos, nos llevará más tiempo salir a la superficie. Pero si seguimos la corriente, salimos a flote. Flotar cuando estamos asustados es difícil. Se necesita confianza y concentración. Enfrentar la muerte de un ser querido es similar. Para poder lidiar con ella, se necesita confianza.

La muerte casi siempre viene acompañada por preguntas, especialmente “¿Por qué?” Ya sea que estemos enfrentando nuestra propia muerte o la de alguien que amamos, queremos respuestas. ¿Por qué está sucediendo esto? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Existe la vida después de la muerte? Entre más rápido aprendamos a flotar (a confiar), más fácil se nos hará encontrar las respuestas que estamos buscando.

Enfrentar la Muerte — La Posición Verdadera
Al lidiar con la muerte, la solución es la misma, ya sea la tuya o la de alguien a quien amas. Por difícil que nos sea aceptarla, debemos entender que la muerte es parte de la vida. Como algunos han bromeado, la muerte es la única cosa que viene con 100% de garantía.

Es útil darnos cuenta que mientras nuestros cuerpos son mortales, todos los seres humanos son eternos. Nuestra alma y espíritu nunca morirán. Nuestros espíritus, la esencia de quienes somos, vivirán por siempre.

Enfrentar la Muerte — No Hay un Amor Más Grande
Enfrentar la muerte no fue un problema para Adán y Eva, el primer hombre y mujer que vivieron. Sin embargo, una vez que pecaron en contra de Dios, las cosas cambiaron. La muerte vino como resultado del pecado de Adán de desobediencia.

Podríamos pensar en la muerte como el final, pero no existe ese desenlace en el plan de Dios. A sus ojos somos seres eternos. ¿Alguna vez te has preguntado por qué, aunque nuestro cuerpo esté envejeciendo, no nos sentimos “más viejos” por dentro? Es porque tu espíritu es eterno. La Biblia dice que Dios ha colocado eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11).

Dios desea que nosotros pasemos la eternidad junto a él, pero nos ha dejado esa opción a nosotros. Dios ha preparado todas las provisiones para que nosotros estemos con él por siempre. Él no tiene un amor más grande que su amor por nosotros.

Enfrentar la Muerte — ¿Cuál es el Problema?
Enfrentar la muerte está ampliamente influenciado por lo que pensemos de Jesucristo. De eso depende dónde pasaremos la eternidad. En su infinito amor, Dios envió a su hijo Jesús a morir por nosotros. Cuando creemos en Jesucristo y que él murió como pago por nuestros pecados, tenemos garantizada la vida con él para siempre.

Si eres un hijo de Dios, la muerte es una promoción. ¿Queremos estar con Dios para siempre? ¿Entendemos que la otra única posible opción es estar separado de él por siempre? Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26).

Cómo respondamos al regalo de Jesucristo, determinará dónde pasaremos la eternidad. Dios el Padre ama a toda su creación y espera en lo alto para bendecirnos y redimirnos. Salmos 116:15 dice: “Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles”. Si conocemos a Cristo como nuestro salvador personal, no necesitamos temer a la muerte. En lo que respecta a aquellos que amamos, se convierte en nuestra responsabilidad como creyentes, orar por la salvación de aquellos que no lo conocen. Para quienes sí le conocen, la muerte es una celebración… ¡El regreso a casa!

Cuando comencemos a pensar en nosotros mismos como seres eternos, el darnos cuenta que hay un futuro, nos ayudará a sobrellevar las circunstancias presentes. Empezamos a hacer preguntas específicas referentes a la eternidad. ¿Seremos separados de nuestro cuerpo terrenal y de nuestros seres queridos? Dios tiene un plan para nosotros en la tierra y tiene un plan para la eternidad. Él nos lo revela.

¿Y qué hay de ti? ¿Conoces a Cristo como tu Salvador? Si no has tomado todavía la decisión, ¿por qué no hacerlo ahora?