domingo, 27 de noviembre de 2022

Escucha Hoy Su Voz


Rompiendo el silencio

Voz Audible

Por Su Espíritu

El joven Samuel servía al S eñor en presencia de Elí. La palabra del S eñor escaseaba en aquellos días, y las visiones no eran frecuentes . Y aconteció un día, estando Elí acostado en su aposento (sus ojos habían comenzado a oscurecerse y no podía ver bien ), cuando la lámpara de Dios aún no se había apagado y Samuel estaba acostado en el templo del S eñor donde estaba el arca de Dios, que el S eñor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy». Entonces corrió a Elí y le dijo: «Aquí estoy, pues me llamaste». Pero Elí le respondió: «Yo no he llamado, vuelve a acostarte». Y él fue y se acostó. El S eñor lo volvió a llamar: «¡Samuel!». Y Samuel se levantó, fue a Elí y le dijo: «Aquí estoy, pues me llamó». Elí respondió: «Yo no te he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte». Y Samuel no conocía aún al S eñor , ni se le había revelado aún la palabra del S eñor . El S eñor volvió a llamar a Samuel por tercera vez. Y él se levantó, fue a Elí y le dijo: «Aquí estoy, pues me llamó». Entonces Elí comprendió que el S eñor estaba llamando al muchacho. Y Elí dijo a Samuel: «Ve y acuéstate, y si Él te llama, dirás: “Habla, S eñor , que Tu siervo escucha” ». Y Samuel fue y se acostó en su aposento . Entonces vino el S eñor y se detuvo, y llamó como en las otras ocasiones: «¡Samuel, Samuel!». Y Samuel respondió: «Habla, que Tu siervo escucha». Y el S eñor dijo a Samuel: «Estoy a punto de hacer una cosa en Israel la cual hará retumbar ambos oídos a todo aquel que la oiga. Ese día cumpliré contra Elí todo lo que he hablado sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad de la cual él sabía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los reprendió. Por tanto he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de su casa no será expiada jamás, ni con sacrificio ni con ofrenda». Samuel se acostó hasta la mañana. Entonces abrió las puertas de la casa del S eñor ; pero Samuel temía contar la visión a Elí.

1 Samuel 3:1-15

Para comenzar esta aventura y aprender a caminar en fe, lo primero que necesitamos, como nuestro principal recurso, es aprender a escuchar la voz de Dios. Si yo no sé identificar la voz de Dios, no voy a poder vivir una vida guiada por Dios, ni tomar las decisiones que necesito para alcanzar nuestro propósito.

Entonces, ¿cómo puedo aprender a ser sensible a la voz de Dios? Tengamos en cuenta, que la vida está compuesta de hábitos. Así como tenemos el hábito de dormir todas las noches, desayunar, lavarnos los dientes y nuestro cuerpo tiene necesidades fisiológicas, nuestro espíritu y alma, también los tienen. Y cuando estas necesidades no son satisfechas, se enferma hasta el cuerpo. Por eso necesitamos escuchar la voz de nuestro Creador y la principal fuente es Su Palabra adentrarnos en ella y vivir por ella.

Hay una historia muy particular sobre un jovencito, prácticamente un niño aún, este era Samuel. Si conocen la historia, Ana, su madre, no podía tener hijos y le prometió a Dios, que si le daba un hijo, ella se lo entregaría a Él. Así que Dios le concedió a Samuel. Un par de años después, Ana lo llevó a vivir con el sacerdote Elí. Samuel creció como un hijo más de Elí. Una noche, Dios, llamó a Samuel con una voz audible, pero como Samuel no conocía a Dios, pensó que Elí lo estaba llamando. Después de un par de intentos de parte de Dios de hablar con Samuel, y este creyendo que lo llamaba el sacerdote, Elí se dio cuenta, que Dios llamaba a Samuel y le dijo al niño, que si escuchaba que lo llamaban de nuevo, que respondiera: ¡Heme aquí, tu Siervo te oye!, y Jehová le habló.

Muchas veces Dios nos habla, y como Samuel, no identificamos Su voz. En esos momentos nos preguntamos, ¿dónde está Dios? Nos cuestionamos cosas, y podemos terminar en una profunda amargura. Otras veces necesitamos tomar decisiones y conocer la voluntad de Dios y no encontramos respuestas, pero Dios siempre nos está hablando. Necesitamos conocer a Cristo, buscarlo por amor y no solo cuando lo necesitamos, necesitamos poder desarrollar una relación íntima y personal. Bajarle el volumen a los pensamientos e ideas, que no nos permiten escuchar el susurro de su voz. Te animo a que tomes el desafío de buscar de Dios, todos los días, y vas a notar muchos cambios en tu vida.

Oración

Amado Dios, enséñame a escuchar Tu voz, que yo pueda conocerte más, experimentar Tu amor y verte obrar en mi vida. Te doy gracias, porque Tu amor nunca falla. En el nombre de Jesús, amén.

Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.

Lucas 11:28