sábado, 25 de marzo de 2023

El Juicio de Dios

 Justicia Universal

 Arrepentimiento

En ÉL Perdón de Pecado


 Marcados Por Su Palabra Efesios 1:7 NTV

Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.

La Biblia descifra la vida en  el mensaje de las buenas nuevas de que Jesús pagó el precio por nuestra libertad y también por el pecado histórico de toda la creación, sin embargo, en muchas formas todavía sufrimos las consecuencias de nuestros pecados. Por ejemplo, un traficante de drogas puede llegar a ser cristiano en la cárcel, pero eso no significa que será puesto en libertad al día siguiente - seguirá experimentando las consecuencias de sus pecados pasados. Un cristiano nacido de nuevo que cae en el adulterio puede perder a su familia, su profesión, y demás posiciones pero aún después de confesar y abandonar su pecado; las consecuencias de su pecado permanecen. El venir a Cristo no borra los efectos temporales del pecado; por el contrario, nuestra salvación y condición actual de arrepentimiento real y verdadero bajo la gracia del espíritu de Jesucristo garantiza que no enfrentamos las consecuencias eternas del pecado.

La consecuencia del pecado es la muerte en su manifestación física, espiritual y perpetuamente debemos comprender este estado pero el espíritu de Cristo en su victoria te otorgara su luz en su camino él le revelará su verdad por medio de su palabra. Como pecadores, merecemos estar eternamente separados de Dios y de Su santidad.

Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

Romanos 6:23

 En la cruz, Cristo pagó la pena criminal de nuestro pecado con Su propia sangre él es nuestra propiciación de los tiempos. El que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros.

Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.

2 Corintios 5:21

Sobre la base del sacrificio perfecto de Cristo, los que creen ya no están bajo la condenación del juicio universal de Dios.

Por lo tanto, los que vivimos unidos a Jesucristo no seremos castigados. Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos controla y nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte.

Romanos 8:1-2

Es importante entender que, cuando el creyente en Cristo experimenta las consecuencias por el pecado, no es porque esté bajo la condenación de Dios, Su ira, o Su retribución.

Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

1 Tesalonicenses 5:8-10

 Los creyentes están bajo la gracia de Dios y al parecer dejaron la ley atrás la ley traducida si es en su pecado esta esta bien pero si significado de ley en la enseñanza de Dios son los primeros cinco libros de la biblia debemos comprender esa palabra como su enseñanza para justicia por el pecado.

Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no! ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta.

Romanos 6:15-16

 Jesús tomó la ira de Dios sobre sí mismo. Las consecuencias del pecado que todavía experimentan los creyentes podrían clasificarse en una de estas maneras:

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Isaías 53:10

Consecuencias universales. Algunas de las consecuencias del pecado se experimentan permanentemente por cada ser humano en la tierra, porque todos somos hijos de Adán. Todos tenemos malezas creciendo en nuestros jardines, todos nos enfrentamos a desastres naturales, todos nos enfermamos y envejecemos, y finalmente todos morimos físicamente. Como pecadores que vivimos en un mundo pecaminoso, no podemos evitar estas consecuencias del pecado original.

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Romanos 5:12

Consecuencias naturales. Vivimos en un mundo de causa y efecto, donde la ley de siembra y cosecha está en pleno efecto. Algunas de las consecuencias del pecado están incluidas y prácticamente garantizadas, no importa si el pecador es salvo o no. La Biblia advierte que la inmoralidad sexual es un pecado cometido contra el propio cuerpo. 

Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

1 Corintios 6:18

La vida del pecado es infracción a la ley de Dios no es juego es una violación a la palabra de vida de la  del amado el ungido y mesias el  hijo de Dios Padre.

¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan?

Proverbios 6:27

 Si robas algo, debes esperar ser atrapado y enfrentar las consecuencias naturales después de la violación de la ley el pecado del robo. Si te resiste al arresto cuando te atrapan, acumularás más consecuencias. Sembrar y cosechar.

Consecuencias para la enseñanza de los mandatos de la palabra de Dios ponen la masa de la población en caliente. Muy probablemente, Dios permite que algunas de las consecuencias del pecado permanezcan en nuestras vidas para enseñarnos la naturaleza atroz del pecado y para recordarnos que dependemos de la gracia de Dios. El pecado es un problema lo suficientemente serio como para que Dios haya enviado a su Hijo al mundo para morir. No nos atrevemos a tomar el pecado a la ligera. Ante las consecuencias del pecado, nos humillamos y buscamos el reino y la justicia de Dios de forma  mucho más apremiante que antes por la comprensión de la redención. Cuando Ananías y Safira fueron disciplinados por sus pecados, fue una lección para la iglesia: "Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas".

Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.

Hechos 5:11

La revelación de su palabra la debemos tomar en su propia revelación del espíritu y no a la interpretación subjetiva del ser humano el temor debe estar sujeto a la sabiduría de Dios y no a nuestra propia opinión humana.Fue la experiencia de Pablo en el primer libro de la epístola de Timoteo donde el como perseguidor y blasfemo se sintió como el primero de los pecadores no faltando a la verdad en relación a la evidencia de los hechos él afirma esta cita bíblica.

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

1 Timoteo 1:15

Consecuencias disciplinarias. Algunas de las consecuencias del pecado son el resultado de que Dios nos trata como un padre para con sus hijos. Hay una diferencia entre una pena por el pecado y la disciplina por el pecado. Como hijos de Dios, experimentamos la disciplina diseñada para guiarnos de regreso al camino correcto. "Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo"

y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

Hebreos 12:5-6

La relación del amor de Dios es una de disciplina de Padre a hijo la vida del alma viviente es un campo de entrenamiento para alcanzar su sabiduría y la fe en su palabra.

No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.

Proverbios 3:11-12

  Observa cuántos de los hijos de Dios se someten a la disciplina: "todos". Todos somos caprichosos a veces en la tendencia natural del pecado. 

Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

Hebreos 12:8

El propósito de Dios al permitirnos experimentar las consecuencias disciplinarias del pecado, fiel a Su naturaleza, es perfecto: "en la integridad de su palabra para lo que nos es provechoso al servicio de su Espíritu Santo".

Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero este para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Hebreos 12:9-11

La iglesia de Corinto es un ejemplo de cristianos que sufren las consecuencias disciplinarias de su pecado: al participar de la mesa del Señor de una manera indigna, trajeron el disgusto de Dios:

Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

1 Corintios 11:30

Vemos acciones disciplinarias similares en 2 Samuel 12. Aun después de que David confesó su pecado y fue perdonado, Dios permitió que David y su familia sufrieran ciertas consecuencias que no se escapan de las circunstancias del pecado.

Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

2 Samuel 12:11-12

Dios nos permite experimentar algunas de las consecuencias temporales del pecado para mostrarnos Su amor. Si Dios nunca disciplinara a Sus hijos descarriados, no sería un buen Padre. Si nunca fuéramos disciplinados ni sufriéramos las consecuencias de nuestras malas acciones, nunca aprenderíamos lo que es bueno y lo que es malo. Solemos aprender de nuestros errores más fácilmente que de nuestros éxitos.

Alabado sea el Señor por Su bondad. Él nos permite experimentar las consecuencias temporales del pecado (para nuestro propio bien). Sin embargo, Él nos ha salvado de las consecuencias eternas del pecado. Jesús pagó la pena por nuestros pecados para que nunca experimentemos la segunda muerte, que es el lago de fuego.

Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

Apocalipsis 20:14

 A los creyentes en Cristo se les promete que la maldición y las consecuencias del pecado un día serán removidas completamente de sus vidas.

En todo mi monte santo no habrá nada que destruya o haga daño, porque así como las aguas llenan el mar, así también la tierra estará llena de gente que conocerá al Señor .

Isaías 11:9 NTV

La sangre de Cristo es el Pacto que se establece en toda la Creación para restablecer el altar de la casa de Dios que brota del mismo corazón conforme a la palabra de regeneración en las promesas del pacto eterno el señor Jesucristo en su victoria derrota a la maldición el pecado y la muerte.

Y todo el que no tenía su nombre registrado en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Apocalipsis 20:15