Nuestro Libre Alberdrio
En Un Mundo de Decisiónes y Elecciónes
Entre El Cielo y La Tierra
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
¿Quién tiene el control de lo que sucede en el mundo? … ¿es DIOS o Satanás?… al revisar, se puede decir que Satanás tiene el control…
¿Quién tiene el control de tu vida? … ¿es DIOS o tu? … al revisar se puede decir que tu tienes el control de tu vida…
¿Quién es el que manda, entonces?
Entonces quien tiene el control de todo entre la Soberanía de DIOS y el libre albedrio de la humanidad...En la toma de decisiónes y elecciones cita el apostol Pablo la palabra.
«Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine.
JESUS dijo en
¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Dios nos ha tratado con dignidad al concedernos libre albedrío, la facultad de tomar nuestras propias decisiones.
Dios creó al hombre a su imagen (Génesis 1:26). A diferencia de los animales, que actúan principalmente por instinto, nosotros somos semejantes a nuestro Creador. ¿En qué sentido? Por un lado, podemos reflejar cualidades divinas, como el amor y la justicia. Y al igual que él, tenemos libre albedrío.
En buena medida, nuestro futuro depende de nosotros mismos. Dios nos invita a “escoger la vida escuchando su voz”, es decir, optando por obedecer sus mandamientos (Deuteronomio 30:19, 20). Dicha invitación no tendría sentido, y hasta sería cruel, si careciéramos de libertad para elegir. En vez de obligarnos a obedecerlo, Dios nos pide con cariño:
¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.
El libre albedrío es un valioso regalo de Dios, gracias al cual podemos amarlo, porque de el procede todo amor.
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Las Escrituras enseñan que Dios es todopoderoso; que nadie, excepto él mismo, puede ponerle límites a su creación;
Es el Todopoderoso ; no lo podemos alcanzar; Él es grande en poder, Y no pervertirá el juicio ni la abundante justicia.
El creador del universo el omnipotente que todo lo puede el que pone en orden a sus ejercitos.
Alcen a lo alto sus ojos Y vean quién ha creado estos astros : El que hace salir en orden a su ejército, Y a todos llama por su nombre. Por la grandeza de Su fuerza y la fortaleza de Su poder No falta ni uno.
Ahora bien, él no utiliza su poder para controlarlo todo. La Biblia indica, por ejemplo, que Dios se estuvo en silencio de actuar contra los babilonios de la antigüedad, enemigos de su pueblo (Isaías 42:14). De igual modo, ha decidido tolerar a quienes usan su libre albedrío para hacer daño. Pero nos alegra saber que no los tolerará por siempre.
Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo, Y cruje contra él sus dientes; El Señor se reirá de él; Porque ve que viene su día. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová. Conoce Jehová los días de los perfectos, Y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán, Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo.
