domingo, 26 de noviembre de 2023

El Ejemplo vivo en cristo

 



Creador del Universo 

El asombroso origen de Jesús

Dios Encarnado en el Verbo

En el prólogo del Evangelio de Juan se prepara el terreno para explicar quién fue Jesús. 

Juan 1:14 nos dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Note cómo es caracterizado Jesucristo aquí — como “lleno de gracia y de verdad”. Muchos han reconocido que aquí “gracia y verdad” es una referencia a una frase utilizada reiteradamente en el Antiguo Testamento para describir el carácter de Dios, y que a menudo se expresa como “misericordia y verdad”. Sin embargo, la palabra hebrea para “misericordia” en esta frase tiene un significado más amplio. Se trata del vocablo jesed, que se mencionó anteriormente con relación a la gracia. Tiene el sentido de amor y bondad, amor inquebrantable, un pacto de fidelidad y devoción.

Sorprendentemente, el Dios descrito de esta manera en el Antiguo Testamento no se refiere únicamente al Padre, sino también a Aquel que como Dios interactuó con la humanidad: el Verbo que se convirtió en Jesucristo.

El Verbo, por medio del cual Dios creó todas las cosas (Juan 1:1-3,; Colosenses 1:16; Hebreos 1:2), se convirtió en ser humano. Vemos aquí que la gracia y verdad que caracterizan a Dios vino a nosotros en la forma de un hombre de carne y hueso que vivió entre los seres humanos.

El apóstol Juan nos entrega la siguiente explicación en cuanto a Jesucristo:

 “Les anunciamos al que existe desde el principio, a quien hemos visto y oído. Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras propias manos. Él es la Palabra de vida. Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. Les anunciamos lo que nosotros mismos hemos visto y oído. . .”

 (1 Juan 1:1-3).

Juan nos dice que él y los otros discípulos observaron personalmente al Verbo de vida: “Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras propias manos”. Lo abrazaron, compartieron comida con él; vivieron con él y fueron parte de su vida. Lo vieron todo, y el hecho de estar ahí con él constantemente durante aquel tiempo fue para ellos una experiencia muy profunda.

El que era la luz ya estaba en el mundo y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció.

Juan 1:10