miércoles, 13 de enero de 2016

EL REFLEJO DE SU GLORIA.

¿Quién es Jesús?


 es el “Hijo de Dios” hecho carne, la imagen del Padre dada a los hombres (Col 1:15), el resplandor de Su Gloria.  Es verdadero Dios y verdadero hombre y en la carne padeció todas las tentaciones, pero sin pecado.  Hablar con Él es hablar con Dios y es hablar con un Amigo.

es Dios que se dio en rescate por nuestros pecados (transgresiones a los mandamientos de Dios que nos alejan de Su Presencia). Ese rescate fue efectuado de una vez para siempre cuando murió en la cruz en nuestro lugar. Así cambió nuestras vestimentas sucias por vestimentas limpias y se llevó todas nuestras culpas -nos justificó ante el Padre, Él es nuestra justicia-. Su sangre derramada en la cruz nos limpia de todo pecado si acudimos a Él con corazón arrepentido.
 es Quien nos da vida eterna, por Su resurrección de entre los muertos. Él es el primogénito de entre los muertos, el primero en ser revestido por un cuerpo glorificado e incorrupto igual al que adquirirán en la resurrección todos los que en Él creen, esperan y perseveran.
 es el que viene en Su Reino para todos los que Le esperan. Esto es, para todos los que fueron lavados por la fe en Su sangre redentora derramada en la cruz. Este retorno en gloria es Su “segunda venida” -esta vez como Juez, Rey y Sumo Sacerdote- y está muy cercano. Otra forma de referirse al Reino en las Escrituras es Sión, en referencia al lugar en donde será establecido. Este NO es un lugar existente hoy en el Oriente Medio, sino uno que esta preparado en el cielo para los redimidos, como dice 1 Pedro 1:4: “herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse”, y que descenderá sobre una “nueva tierra” glorificada en su promesa de vida.
Entonces, con “nuevos cielos y una nueva tierra”, el Reino será establecido en su magnifico esplendor (de alguna manera la Sión venidera está/estará relacionada con la tierra  prometida a Abraham y su descendencia como herencia, solo que transformada por Su Gloria). Y Dios en su hijo Jesucristo Justicia Nuestra’- morará con Su pueblo, el remanente de ISRAEL CON SU IGLESIA TRACENDERA. En ese día la tierra responderá al cielo y el cielo a la tierra llena de Su Gloria celestial y se hará la voluntad del Padre “así en la tierra como en el cielo”.